Nueva embarcación, nuevas expectativas
Como ya comenté en otra entrada, vivir al lado del mar y no tener barco, es como tener carnet de conducir y no tener coche. Después de pasar un verano divertidisimo con mi zodiac, el chuliño, decidí dejarlo invernando a la espera de la llegada del próximo verano. Me volví a quedar sin nave para el invierno.
Después del verano, he seguido sondeando el mercado de segunda mano en busca de alguna ganga que se adaptara a mi escasísimo poder adquisitivo. Tuve suerte. Encontré un chinchorro con una pinta más que respetable y un precio imbatible. Acorde hora y lugar con el vendedor, y me personé acompañado de un viejo lobo de mar de la zona, para que me asesorase. El artilugio estaba en perfectas condiciones, recién pintado y en un estado correcto. Cerramos la venta y al día siguiente me lo acercó a donde seria su futuro hogar. El viejo lobo de mar me ayudó a tunearlo un poquito y ponerlo a punto.
Pasados unos días hice mi primera incursión marítima. La nave se comporta perfectamente dentro de los parámetros de sus reducidas dimensiones. Al ser rígida es mas cómoda que la zodiac, pero también da la sensación de ser más inestable. Las primeras salidas fueron un fiasco, un par de chocos en una, un bolo en otra. Soy consciente de que me queda mucho por aprender, soy virgen en este campo y en estos menesteres.
En cuanto a la zona donde le voy a dar uso me lleve una desagradable sorpresa. El tráfico continuo de embarcaciones y grandes mejilloneros hacen tener que estar pendiente constantemente del tránsito debido al maretón que producen a su paso. Como te coja despistado una ola te puede dar un buen susto.
Otro quebradero de cabeza fue el toldo para taparla. El que traía, aunque me afané en intentar repararlo, era inservible. Tuve que comprar uno en los chinos y adaptarlo como buenamente pude. Luego la zona donde está atracada es otro lió. Depende muchísimo de las mareas, y la acción de embarque y desembarque es arduo complicada.
Semanas más tarde, tras su adquisición, hice un par de salidas con resultados dispares. En la mejor de ellas logre capturar 3 kilos y medio de chocos, cifra nada desdeñable para un novato. En otra ocasión tente la suerte con las lubinas, pero lo único que logre enganchar en el señuelo, fueron dos sendas agujas que por fortuna se lograron zafar antes de llegar al bote.
El navío quedó bautizado como "La Perla" por requerimiento de mi piratilla. Después de unas cuantas salidas he quedado un tanto decepcionado. Me esperaba otra cosa en cuanto a capturas se refiere. También soy consciente de ser completamente nuevo en esta rama, y por lo tanto, bastante inexperto, pero por los comentarios de los lobos de mar de la zona, las trazas no son nada halagüeñas. Estamos en una época de temporales y tampoco he tenido la posibilidad de disfrutarla en una mañana de sol, de esas de estar a gusto en el mar.
Por ahora no me convence del todo mi ultima adquisición. El motor eléctrico limita mucho su radio de acción, pero no puedo, ni quiero, hacerme con uno de gasolina. Otro factor es la compañía, siempre voy solo al mar, y en verano estaba acostumbrado a ir acompañado con Ángel, y es otro rollo. Esperare a disfrutarla un año y valorar si ha merecido la pena, si no, siempre tengo tiempo a deshacerme de ella y dar por cumplido este pequeño capricho náutico que tenía.
Un Saludo y Buena Pesca!
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