miércoles, 21 de febrero de 2018

Lubinas urbanas con vinilo

Ahora que el tiempo se deja querer por momentos, es momento de probar cosas nuevas


Este invierno está siendo duro. De hecho, los meses de noviembre y diciembre no he realizado ninguna salida. A mitad de Enero hubo unos cuantos días que daban pie a hacer alguna incursión. No los desaproveche y capture mi primera lubina del año. También tente durante alguna jornada a nuestros amigos cefalópodos, con escasa participación por parte de los mismos. 

Este año quiero cambiar el registro de mi spining. Voy a dejar de lado los engorrosos minnows y me voy a dedicar de pleno a los vinilos y paseantes. Es un tipo de pesca más tranquila. He descubierto que me relaja mucho mas que el egging. Esta última modalidad, al estar en un espacio tan reducido, rodeado de pescadores, amén del buen rollo reinante, no deja de ser una competición.

Hoy he bajado al muelle. Donde yo vivo básicamente hay 2 o 3 zonas propicias que puedan dar alguna lubina. Probé en la primera con resultados satisfactorios. Una lubinita que tras la foto regreso a su medio.


 Si es que visto lo visto, cada día estoy mas concienciado con la captura y suelta. Continúe lanzando en la misma zona y una de ración quiso tragarse la gomita. Proseguí un rato, y en vista de falta de actividad, decidí cambiar de puesto. En la nueva zona dure media hora lo sumo. Nada de nada. Así que puse rumbo a la última zona que yo considero fructífera. 

Ya desde el primer lance note actividad en el agua. Se percibía movimiento, agitación. No estaba equivocado. Tras unos cuantos lances peinando la zona, otra bonita loba de ración quiso cenar silicona. La verdad es que el mar estaba estupendo. El viento era un poco molesto, proveniente del Noreste, pero no impedía la acción de pesca. Después de seguir insistiendo, otra preciosa lubina se quiso venir a tierra. Prolongue un poco más la estancia con el anhelo de alguna captura mas, pero con la tranquilidad del trabajo cumplido. La marea ya estaba huyendo y era momento de cerrar este capítulo. Finalmente tres hermosas lobas, de las que dará buena cuenta mi parienta, me acompañaron a casa.


Un Saludo y Buena Pesca!