jueves, 1 de diciembre de 2016

Calamares desaparecidos

Muy mal año para los calamares, esperemos que vuelvan los viejos tiempos


Esta entrada la hago como finalización del eggin de este año y con una pequeña reflexión. El resumen es claro, como reza el título, los calamares este año han brillado por su ausencia. Si a todo esto sumamos que los chocos tampoco han estado muy presentes, hace sumar una experiencia de egging muy decepcionante y frustrante.

Sinceramente no se si se debe al cambio climático, teniendo noches en septiembre, octubre y noviembre tan cálidas, o más, que las de verano. O que el mar esté parado, teniendo este año un par de temporales contados, cuando esta tierra siempre fue conocida por los intensos inviernos. Escasas lluvias para una zona que siempre presumió de verde intenso gracias al regalo del cielo. A estas alturas ya rozamos la sequía. Inaudito.

También se puede deber a la contaminación de las aguas. En mi zona, en particular, da puta pena. Hay una depuradora a medio kilómetro del muelle que echa mierda constantemente día sí, y día también, al mar. En teoría el tubo de desagüe tenía que finalizar en mitad de la ría, pero este esta roto y suelta toda la mierda a escasos 5 metros de la costa. Lleva así más de un año. Nadie dice nada. Nadie hace nada. Hay una playa pegada a la que van niños y familias. Sea o no dañino para la salud, es asqueroso. Es deprimente. Según se mueva el mar hacia un lado u otro, puedes ver el fondo cristalino, o marrón depuradora. De hecho la Unión Europea ha declarado el agua de la playa como la más insalubre de toda Europa.. y alguien hace algo? nadie. Pasa el tiempo y seguimos nadando en la mierda.

Otro factor es los sobreexplotadores del mar que se hacen llamar así mismos "profesionales". Lanzando trasmallos a 20 metros de la costa cuando la ley dice que son 150 metros mínimos. Esos miserables que viven del mar, por desgracia, son los que peor lo tratan, al menos por donde yo vivo. Las autoridades? si, de chiste. Vienen un día o dos al año, hacen una pasada, levantan un par de trasmallos, y ya cumplieron. Ahora, que no te pillen pescando en el muelle sin licencia, que como poco, te perdonan la vida. Todo esto lo comento observado en primera persona. 

Cada una de estas tres causa es muy grave de por si, pero si aun encima, se juntan las tres, el desastre es inminente. Es cierto que hay años buenos y malos en la pesca, pero lo de este año no tiene nombre, y mucho me temo, que esto irá a peor dadas las condiciones. Yo solo soy un humilde pescador, que usa este medio para reflejar sus inquietudes y experiencias, seguramente nadie lea estas palabras, pero al menos, me quedo tranquilo en dejar plasmada la inutilidad del ser humano en cuanto a gestión de recursos naturales según mi punto de vista.

En cuanto al egging doy clausurado este triste 2016. Capturas pocas, muy pocas, horas muchas, ilusión mucha, decepción también. Dejó como recuerdo el último ejemplar de 750 gramos capturado tras varias horas de vareo, que debía de estar perdido, y se confundió de aguas. Cuando finaliza un año siempre tengo esperanzas del que siguiente sea mejor, pero ahora mismo, mentiría si dijese que tengo buenas expectativas para el 2017. Dejemos la cosa rodar a ver que sucede.


Un Saludo y Buena Pesca!

sábado, 30 de julio de 2016

LA DORADA

Creo que después de esto, ya me puedo retirar, no creo que capture algo similar en mi vida.


La jornada de ayer fue increíble. Que noche. Hoy me levante relajado, feliz, sabiendo que había disfrutado de una de las mejores jornadas de pesca, si no la mejor, de mi vida. Desayune tranquilamente, mire el parte meteorológico, pintaba muy bien como la noche anterior. Por mi experiencia personal sé que es muy difícil que dos noches seguidas sean muy buenas. Pero vamos, que con que fuese la mitad de la anterior, me daba por satisfecho.

A media mañana me dispuse a recoger el requerido cebo. Hable con José: "Que? hoy de nuevo, no?" a lo que él respondió: "Claro, siempre que se pueda hay que estar al pie del cañón". José es una persona afable, de buen carácter infinito, dado siempre a los demás, un tipo entrañable, y aparte de esto, un pescador acérrimo, pasional al 100%, dedicado a tope, para mi personalmente, el mejor en el Surfcasting por estas aguas. Quedamos en ir de pesca por la noche.

Llegó la hora y pusimos rumbo a la playa. De camino íbamos comentando la espectacularidad de la jornada anterior. En cuanto llegamos nos dimos cuenta enseguida de que las condiciones eran similares. Esto pronosticaba buen augurio. Montamos los cacharros y comenzamos la pesca. Las picadas se sucedían a muy buen ritmo. Sargos y Lubinas besaban inexorablemente la arena una tras otra. Sin tiempo para el descanso, estábamos disfrutando de otra jornada gloriosa. En esos momentos ya estábamos asentados en la rutina pesquera. Eso era pescar.

El tiempo pasaba demasiado rápido como para poder disfrutar del momento, el viento seguía castigando con violencia, el mar era un batiburrillo desordenado de olas freneticas. Lo único que me apenaba, como la noche anterior, es que Ángel no pudiese disfrutar de esta velada. Se que lo hubiese pasado en grande. 

Según avanzaba la noche, el cebo menguaba. Como la actividad había decrecido un poco, decidi moverme a la playa contigua, ya en dirección de regreso, y probar fortuna allí. Volví a montar el arsenal, me parapete como pude del viento y a esperar. En ese lapsus de tiempo observe lo que llevaba hasta el momento: 4 lubinas y 5 sargos. Muy fructífera noche. Diciendo para mi mismo que aunque en este último spot no sacase nada, habría sido otra gran noche.

Mientras estoy disfrutando de un cilindro de nicotina, veo una de mis cañas doblar hasta el infinito. La adrenalina se dispara, y corro como un loco a tomar las riendas.  Mientras me apresuro corriendo voy observando como pega unos latigazos tremendos. No doy crédito. Sujeto la caña con firmeza y me doy cuenta de la magnitud legendaria de lo que porta al otro lado del sedal. Menudos zambombazos. Peleo con el carrete para tratar de aligerar presión en la línea, está muy tensa y temo que todo se vaya al carajo en cualquier momento. Una vez tengo estabilizada más o menos la situación, comienzo la batalla con el animal.

En principio según voy recuperando hilo me da la sensación de que es una uxa. Me motiva, pero no me entusiasma demasiado. Continuó la lucha. En momentos dudo, tengo quitado ya algunas uxas y la manera de tirar me resulta extraña. Por momentos se viene, pero en otros parece que pega unas arrancadas dignas de un fórmula 1. Hasta el momento había mantenido el puntero bajo para liberar tensión, pero por un instante parece que se deja ir un poco, levanto la caña y recojo con fuerza. Es ahí cuando mi corazón y mi cabeza dan un vuelco. En uno de estos embistes, salta fuera del agua y observo un lomo plateado. La Osti... no es una uxa. Es un bicharraco.

Ahí si. Ahí me emociono a tope. También el nerviosismo se hace palpable en mi persona. Peleo con el pez fieramente, pero esta vez, con el miedo de perderlo. Hasta medio camino se deja venir, pero una vez se arrima a la orilla pega unos sprints que me dejan tieso. Lo voy tanteando con mimo y firmeza, lo acerco, el corre para fuera, lo acerco, el corre para afuera. Una batalla descomunal. Tras largos 10 minutos de encarnizada batalla, parece que el animal se da por vencido, y poco a poco, con la ayuda de las olas, lo voy acercando a la orilla. Finalmente, ayudado por el mar, logro ponerlo en la arena. Sinceramente daba por hecho que era un robalo precioso, pero una vez que me acerco para darle la primera visual, no me lo puedo creer. Era una dorada... LA DORADA. Bestial! En los años que llevo pescando aquí, jamás había capturado un ejemplar de esta especie. Menudo porte, menudo estreno. Yo flipo. Mucho. Llamo a gritos a José y a Sole.

Vienen corriendo y cuando llegan alucinan tanto como yo. No se lo pueden creer. Pedazo de morlaco en un metro de agua. Más tarde, en ausencia de más picadas, recogemos todo y ponemos rumbo al hogar. Fue la primera vez en mi vida que vuelvo de pescar agotado por portar el peso de las capturas, y eso me ayudaron. José me comentaba de camino que en los 25 años que llevaba pescando en estas aguas, jamás vio sacar semejante dorada. Yo más que orgulloso, estaba perplejo. Anonadado. Menudo fin de fiesta para estos dos días extraordinarios. Como apunte, decir que la criatura pesó 3 kilos 200 gramos. Personalmente, es insuperable.



Un Saludo y Buena Pesca!

viernes, 29 de julio de 2016

Siiii.. Las lubinas han vuelto

Como echaba de menos las lobas. Jornada increíble, de las de recordar.


Después de unos días en casa arreglando cosas y descansado un poco de las vacaciones.. si, suena raro, pero las vacaciones cansan.. volvemos a nuestro lugar de retiro espiritual. Cuando llegó sondeo a mis compañeros pescadores como ha ido estos días la pesca. Jose me dice: "no te digo nada, mira directamente". Trae un capazo lleno hasta la bandera de lubinas de buen porte y buenos sargos. Los ojos se me ponen como platos. Me comenta que la noche anterior hacía un viento de carallo pero que los peces picaban como locos. 

Esas condiciones me sonaban de alguna que otra jornada gloriosa que tuve. Comprobé el parte y hoy tenía trazas de continuar el tiempo en la misma línea. Me faltó tiempo para cambiarme, coger mis trastos e ir a por miñocas como alma que la lleva el diablo.

Pasamos la tarde en la playa con la familia, pero mi cabeza ya tenía el ansia viva de que llegase la noche. Las horas no pasaban. A las 20:00, recogida, ducha, cena y preparase. A las 22:00 ya estaba enfilando la playa. El viento azotaba con gran violencia. El agua era chocolate puro. Esto me recordaba a una gran velada de lubinas que tuve, pero en esta ocasión todo era más intenso. 

Llegamos al spot. Fui montando como pude las cañas. Puse el mayor gramaje que tenía disponible. Nada más tocar agua la primera caña, picadón. Lubinaza que se venía a tierra. Otro lance, otra picada, espectacular. Entre mientras pasaron José y Marisol y les apremie para que montasen rápido, que estaban ahí. Así se sucedió toda la noche. El viento era tan intenso que llegaba a enfriar, pero con la actividad reinante no pude sentarme ni un minuto en dos horas, es más, sudaba como un pollo. Qué frenesí, qué gustazo, en momentos así, doy fe de porque a la pesca se la trata como un deporte. Era épico, las cañas dobladas hostigadas constantemente por el azote del viento, el mar ensordecedor batiendo con fuerza desmesurada la orilla, la arena salpicando por el aire espoleada por el aliento del embravecido vendaval... y en el medio.. tu.. solo... peleando contra los elementos intentando extraer los frutos del mar.

Agotado el arsenal de cebo, ponemos rumbo a casa. Llegué destrozado, cansado, agotado, pero realmente feliz, anímicamente satisfecho. Menuda jornada de pesca tan intensa. Grandes capturas, grandes picadas, gran noche. José también había triunfado y venia cargado de material. Parte de batalla: 9 lubinazas y 4 sargos. La única pena que me quedo, es que mi compi de pesca no pudiese estar presente por motivos laborales, hubiese disfrutado como un enano.



Un Saludo y Buena Pesca!

martes, 14 de junio de 2016

I love Spinning with vinilos

Otra vez el Spining me da una grata sorpresa

Como ya relate en otras entradas este año está siendo nefasto en cuanto a pesca. Los calamares desaparecidos completamente, algún choco esporádico y en cuanto lubinas y sargos en mi lugar de vacaciones la cosa no está mucho mejor.

El caso es que fui el fin de semana con la esperanza de obtener alguna captura, algo de actividad que tan rácana está últimamente. Ritual cansino de recolección de miñoca, preparación de bartulos y por la noche a la arena. Dos bonitos bolos que me comí. Ni picada en dos jornadas seguidas. Que decepción.

Llegamos a casa después del finde, arrumbamos las cosas, me tomé un cafecito y enfilé el camino al muelle más caliente que un mono. La noche estaba fea. Realmente fea. Muchísimo aire del oeste, lluvia, algo de frío para época en la que nos encontramos. Me acerque a los pescadores de egging presentes y me comentaron que no saliera nada. Cero patatero. Habitual por desgracia este año. Así que descarté por completo ir en busca y captura de cefalópodos. Dado la ventolera presente era consciente de que la pesca con minnows era impracticable, así que rebusque en mis enseres y encontré un vinilo blanco. Lo enganche en la grapa y a pescar.

Después de unos cuantos lances tuve un par de picadas. Mi experiencia manejando estas gomitas era nula. La estaba recogiendo linealmente, como si un minnow se tratase. Lo pensé y considere que algo estaba haciendo mal. Cambie de técnica y me puse a hacer un poco de jigging. Mano de santo. Primer lance, primera picada positiva. Subo la linea y una hermosa lubina de medio kilo estaba besando con todo el amor y ternura a mi trocito de goma.

Al cabo de un par de lances mas, otra loba hace acto de presencia en las piedras de la escollera. Satisfacción plena tras las últimas jornadas vividas. El viento y la lluvia arreciaba cada vez con más intensidad. No obstante, yo perseveraba en el intento. Dio sus frutos. Otra lubineta que quería visitar el secano. Tras unos cuantos lances más, y alguna que otra picada infructuosa, tuve que dar por concluida la jornada. Estaba empezando a estar calado hasta los huesos y era hora de acabar.

Me fui contentísimo para casa por varios motivos. El primero haber pescado lubinas, para mi las reinas de la pesca. Segundo haberme quitado la espinita de tantas jornadas últimamente en vacío. Y tercero, haberme estrenado con vinilos y disfrutar de esta modalidad de pesca.


Un Saludo y Buena Pesca!

miércoles, 18 de mayo de 2016

A falta de calamares.. chocos son buenos

Otro día aciago en busca de calamares, salvado por nuestros amigos los chocos en el último momento

Otra jornada patética en busca de calamares. Y ya van demasiadas este año. Pero ya sabemos como somos los pescadores, insistentes hasta la saciedad. Una vez más otro maratón de lanza recoge sin notar nada que tire al otro lado del sedal. Bueno, algo de suerte tuve, ya que logré engañar a dos chipirones y se vinieron conmigo más fruto de la desesperación que otra cosa. Yo no soy amigo de llevarme tallas pequeñas, y aunque en el muelle dicen que son chipirones, y que son muy ricos, para mi son calamares, y calamares muy pequeños que pueden crecer mucho.

Bueno, al dar por finalizada la jornada no me quede satisfecho, como un montón de noches últimamente. Así que decido pegar un par de lances más en otra zona que no es dada a la pesca. Lo único malo de este spot es que está muy condicionado por la marea, ya que solo tiene agua en las dos o tres horas de pleamar. Como se dan las condiciones citadas, pongo rumbo al enclave.

Llegó, desenfundo el armamento, lanzo y enciendo un pitillo. Ritual básico. Con más fe que esperanza comienzo la danza de tirones. Al poco, Zas! picada. No es gran cosa, pero vista la actividad de los últimos meses, me llega a emocionar. Lo saco a tierra y es un choco. Vaya, sinceramente no me lo esperaba. Vuelvo a lanzar con máxima expectativa por bandera, y Zas! otra picada y otro choco que se viene a secano. Buff! si al final me lo voy a pasar bien y todo! vuelvo a lanzar y vuelvo a pescar. No me lo creo. Cada lance tiene premio. No salgo de mi asombro. Si no subo un choco, al menos tengo picada. 

La noche va fluyendo y voy sacando piezas a tierra. Por desgracia la pleamar ya hace tiempo que despuntó y el mar empieza a retroceder con alevosía. Se nota en la actividad, apenas hay alguna picada esporádica. Decido fumarme un cigarro y dar por concluida la jornada por hoy. Me afano en tratar de largar lo más lejos posible los últimos lances por falta de agua. En estas noto un zambombazo tremendo al final de la linea. Voy recogiendo con cautela pero sin pausa y observo a mitad de camino el pedazo de premio que espera al final del sedal. Pedazo de zapaton. Lo arrimo a la escollera y rezando por que no se suelte o no rompa la linea, lo alzo de la manera mas firme y rápida posible.

Colofón final con un chocazo de 750 grms de otra noche que pintaba gris y acabo siendo multicolor.


Un Saludo y Buena Pesca!

martes, 3 de mayo de 2016

A la carga con el Spinning

Otra tentativa con premio

Hoy baje al muelle como de costumbre en busca de los cefalópodos. La verdad es que empeño no me falta, pero realmente es una batalla perdida. Este año están completamente desaparecidos. Los más viejos del lugar dicen no recordar un año tan malo como el presente. Yo cuando los escucho a veces pienso que la memoria les falla, y que todos los años suelen tener épocas buenas y épocas malas, pero realmente pensándolo bien, cuando todos tienen el mismo criterio, es que algo de cierto llevan sus palabras.

Pues nada. Después de otra infructuosa jornada de egging decido recoger los bártulos y volver a casa. Una vez en el coche me doy cuenta de que es temprano y que aun me apetece mojar sedal un rato. Pero claro, hacerlo como un mono automatizado en busca de calamares inexistentes como que tampoco me llama mucho. Así que decido probar en otra zona y en otra modalidad.

Cambio de spot y pongo un minnow pequeñito al final de la línea. Me apresuro a lanzar hacia una desembocadura de un canal pequeño que hay al lado de la playa. Lanzo, recojo, lanzo, recojo, pero sin éxito alguno. En una de estas voy trayendo el señuelo, y justo antes de llegar al borde de la escollera, justo debajo de mis pies, lo paro.. no se porque.. pero lo paro. De repente, debajo de las piedras asoma una sombra moviéndose a velocidad vertiginosa hacia mi señuelo. Zas!!! embucha e intenta llevárselo al fondo. Yo tiro, peleo con ella un par de segundos y la levanto para ponerla en seco. Cuando la observo con más calma, veo una lubina de kilo colgando de mi señuelo.

Pedazo de premio para unas jornadas que estaban siendo penosas. La única pega fue haberla cogido tan cerca privandome de disfrutar de una digna pelea con tan noble animal. Aun así, mereció la pena.



Un Saludo y Buena Pesca!

viernes, 29 de enero de 2016

Spinning 2016

Nuevo reto para este año.. comienzo con el Spining

Así es. Como pescador aficionado se que en este mundillo hay un gran abanico de posibilidades que uno debe de experimentar. Luego el tiempo te dirá cual es el que más te gusta, te llena o te divierte, pero en principio hay que catarlos todos.

Este año tengo en mente centrarme en la modalidad tan en auge como es el spining. La verdad es que me llama bastante poder sacar una lubina u otro tipo de pescado simplemente con el engaño de un señuelo y la habilidad del pescador.

Varias veces he ido ya a probar fortuna y hacerme con la técnica. La verdad es que es bastante agotador y machaca bastante el cuerpo. Por otra parte también es cierto que llena más una hora de spining que tres de eging. Como no, me he comido sendos bolos, normal al ser un novatillo en esta especialidad.

Pero hoy he debido de tener la suerte de cara. Baje al muelle y empecé a lanzar por la zona que más o menos suelo tentar en esta modalidad. Al rato se acercó un paisano embriagado por la curiosidad, estuvo un rato comentando sus experiencias, nulas en esto del spining pero veterano en batallas contra lubinas, y me aconsejo que lanzase hacia los mejilloneros allí presentes. Como no, un servidor hace por bueno cualquier consejo, y seguí las pautas indicadas.

En cuanto anocheció, vengo en una recogida rápida con un minnow y de repente, Zas! zambombazo padre! noto como el pez empieza a pelear e intenta arrimarse al muelle para tratar de zafarse. La adrenalina por las nubes, incredulidad y emoción a raudales. Recojo a toda mecha, sabiendo que pudo ser un fallo a posteriori, y alzo a la loba al muelle. Me quedo observándola un minuto y me río del asombro. La guardo, me recompongo y me dispongo a pescar de nuevo con la conciencia tranquila de haber logrado el objetivo.

A los dos o tres lances mas, Zas! de nuevo.. otra picada brutal. Otra lubina de más o menos el mismo porte que quiso que me bautizara con doblete. En cuanto la subo y la guardo, no me lo creo. Pues nada, seguiré probando. Un par de lances mas y otra vez.. Zas!! increible!! pero esto está pasando??? una rincha en el final de la línea. Esta noto que es más pequeña por el peso y la pelea que me ofrece, pero aun asi, muy digna. Recojo, la pongo en compañía de las otras dos, y me quedo alucinando.

Seguí probando un rato más y saqué una aguja que fue devuelta al mar. La marea ya había bajado considerablemente y el frío comenzaba a hacer mella, con lo que decidí concluir esta magnífica jornada y estreno en el spining. Esperemos que no sea la única. 



Un Saludo y Buena Pesca!