domingo, 20 de mayo de 2018

Puente de Mayo decepcionante

Más esperanzas e ilusión que lubinas en este puente de Mayo.

Este fin de semana pasado, gracias al festivo autonómico, pudimos disfrutar de cuatro días libres consecutivos. Las expectativas eran máximas. Las condiciones pintaban muy favorables y las ganas de reencontrarnos con las lobas eran patentes.

En cuanto la marea y el ocaso del sol se abrazaron  para fundirse en uno de los mejores momentos para la pesca, Ángel, Manolo y un servidor, pusimos rumbo al pedrero. Caminata larga hasta llegar al lugar deseado. Nos apostamos y comenzamos el carrusel de lances. A los pocos minutos, mi compi, pierde un señuelo en el lance. Raro pero plausible. Al poco rato, lo mismo, otra goma que se queda a la deriva en el mar. Entre mientras observamos que la actividad era completamente nula. Bordeamos toda la costa intentado atisbar algún indicio de vida tras nuestros señuelos. Esfuerzo en vano. Tras algo más de una hora de trasiego, Ángel visiblemente ofuscado decide abandonar y se retira tras perder, nada más y nada menos, que seis vinilos. Al día siguiente descubrimos que el culpable de tal desdicha había sido una anilla rota que sesgaba silenciosamente el trenzado como un ninja atacando desde las sombras. Manolo y yo nos quedamos un rato mas, y en uno de los lances en el camino de regreso, logre capturar una lubinita con el paseante que fue devuelta al mar al instante. Sinceramente pésima jornada.

Al día siguiente decidimos probar fortuna con los cefalópodos. Ponemos el navío en el agua y una vez alcanzada la zona deseada observamos con pesadumbre que los puñeteros trasmallos siguen ahí, esquilmando el mar día si, y día también. Para mas inri, nos damos cuenta que hay muchos legales, pero que hay otros tantos ilegales, sin marcar, sin cotizar, reventando el mar impunes a nada. Que asco me da esta gente, en serio. Me encanta pescar y disfruto muchísimo de esta actividad, pero aunque tire piedras contra mi tejado, me gustaría que un día no quedase nada para que estos cerdos que se hacen llamar profesionales comiesen mierda, ganada gracias a su avaricia y depredación descontrolada. Una cosa es vivir del mar y otra es destrozarlo para conseguir cuatro euros mas. Bueno, en cuanto a lo nuestro, tras tres horas peinando todas las zonas posibles, solamente pudimos hacernos con un escaso kilo, que para nada, colmo nuestros anhelos pescantiles.

Por la tarde aprovechando que la conjunción marea-ocaso era idónea, decidimos intentarlo de nuevo. Otro fiasco estrepitoso. Tras varias horas de pateo, piedra parriba, piedra pabajo, nada de nada. Con el cuerpo cansado y la mente agotada, nos retiramos. A la mañana siguiente, a eso de las 6:30, me desperté inesperadamente. Se que no ha sido tan aleatoriamente, se que mi subconsciente es conocedor de las condiciones idóneas y que quiere que me levante de cama y ponga rumbo a la playa. No vacilo. Desayuno y me acerco a ver que se cuece. Tras unos lances iniciales con el vinilo percibo cierta actividad en superficie. Cambio a paseante y premio. Una lubineta que me colma de la satisfacción inexistente en las dos ultimas salidas. Foto protocolaria para el recuerdo y vuelta a su medio. Sigo probando fortuna y disfruto de varios intentos fallidos que me alegran y motivan. En uno de los lances una loba acierta y comienza sacar sedal del carrete. Bonita pelea tras la que logro ponerla en seco. Se trata de un ejemplar que da la talla y que me ha dejado una bonita lucha. El sol comienza a alzarse por el horizonte. La actividad decrece hasta hacerse nula completamente. Aun así, doy un buen paseo recorriendo el litoral a base de lances, todos en vano. Lorenzo deja notar su presencia ostentosamente y decido regresar. No ha estado mal, la verdad, por lo menos he tenido media hora de diversión.



Por la tarde, volvemos a la cruda realidad. Decidimos cambiar a a una zona que esta mas lejos si cabe. Mas pateada con el mismo premio. Nada de nada, tónica de este puente. Como anécdota he de relatar el ataque desmedido de una gaviota, que se ofusco en acosarme, no se a cuento de que, pero la fiera me embestía desde el aire como si no hubiese mañana, y solamente amenaznadola con mi caña, lograba que se retrayese, pero tras realizar un giro, volvía a la carga, así en varias ocasiones. Dude si tirarle una piedra a la cabeza o abandonar la zona y dejarla tranquila. Opte por salir por patas. Ella se posaba encima de una piedra mientras observaba amenazante y triunfadora mi retirada. Nada mas destacable de esta salida.

El último día del puente decidimos tentar a los chocos otra vez. Más de lo mismo, picadas esporádicas, muy espaciadas en tiempo y espacio que hacían que no calentásemos motores. Los putos trasmallos tirados en el mar como siempre, no descansan ni en domingo. Gracias a ellos, por un despiste, dos de nuestras poteras más queridas, y que nos han agraciado con muy buenas capturas, se quedaron enrocadas a la limón en el fondo del mar en uno de esos artilugios ilegales. Ojala el subnormal de turno se clave con ellas y se haga daño, mucho daño, cuando recoja sus redes infernales. Finalmente el pesaje fue decente, algo menos de tres kilos, pero no por la cantidad, si no más bien, por el tamaño de los ejemplares conseguidos.

Punto y final a un fin de semana largo que auguraba buenos momentos, pero ha sido muy decepcionante. Tras un duro invierno, y una larga espera, tenia puesta muchas esperanzas en esta época del año, y en esta zona concretamente. Lamentablemente, la realidad es la que es. La próxima semana tenia pensado comenzar con el surfcasting, pero los compañeros que este puente han tocado esta modalidad, me han comentado que la cosa esta muy mal también. Aun así tengo ganas de clavar un rato las cañas en la arena y cambiar un poco el chip. Lo que me ha gustado ha sido el optimismo de mi compi, que cree que esto va a cambiar y que no va a ser siempre así... ojala tenga razón... como se dice por aquí.. "nunca choveu que non escampara".


Un Saludo y Buena Pesca! <º))))><

domingo, 13 de mayo de 2018

Arranca la temporada 2018

Comienza la temporada 2018 con soles y sombras


Después de este larguísimo y crudo invierno, al fin, ya esta aquí la época estival. Atrás se quedan las semanas de temporales interminables, noches rozando el bajo cero y las ansias reprimidas por mojar sedal. Tras varias salidas desesperantes y decepcionantes en barca por esta zona durante el último mes, tenia ganas de cambiar de ria y probar fortuna en aguas mas prometedoras. Se supone que se acerca lo bueno aunque en este inicio por una parte no ha sido demasiado alentador. No obstante uno no pierde la fe y espera disfrutar del arte de la pesca y poder vivir alguna jornada memorable.

Este fin de semana tocaba preparar y tunear el "chalet de verano". Este año he batido mi propio récord acondicionando todo el tenderete en unas 5 horas. Demasiadas horas libres por delante esperando a que mi compañero de fatigas hiciera lo propio con el suyo. Finalmente el domingo teníamos todo ya en orden y el chuliño preparado para lanzarse al mar. Con la ilusión por bandera cogemos nuestra embarcación y ponemos rumbo a la costa. El día era plomizo, encapotado, ideal para la practica de la pesca desde mi humilde punto de vista.

Ponemos el navío en faena y comenzamos las primeras pasadas. La actividad o acto de presencia de cefalópodos era nula. El fuerte viento variable reinante hacia muy difícil mantener un rumbo constante. Según transcurría el tiempo, el ansia inicial se tornaba en desanimo. Al rato observamos varias boyas pequeñas acechando a ras del agua. Las alarmas se enciende en nuestras cabezas. En principio especulamos si se tratan de nasas para las nécoras o los temidos trasmallos. Nuestras dudas quedan resueltas cuando poco después una barcaza se aproxima cerca de nuestra posición y comienza a botar al mar las armas del demonio. Eran los puñeteros trasmallos. Prestamos mas atencion y observamos con desaliento que toda la costa esta cosida por este invento maléfico. Con mucho tensón y esfuerzo Ángel consigue arrancar el campano de las profundidades. Seguimos bregando y explorando prácticamente todas las zonas cadenciosas que conocemos. Finalmente tras tres horas de intensa lucha con el viento, y tesón, logramos hacernos con cinco ejemplares de nuestros amigos cefalópodos. No esta mal, pero sinceramente, muy por debajo de nuestras expectativas tratándose de principio de temporada.

Nos retiramos a comer, y tras la sobremesa, decidimos hacer la primera jornada a spinning. Personalmente tenia muchas ganas, ya que quería probar el nuevo equipo ligero que compre para esta modalidad y comprobar la eficacia de mis vinilos low cost en estas aguas. Otro reto que quería lograr era conseguir capturar un pinto. Era una especie que nunca había logrado pescar y Ángel me comento que con vinilo era relativamente fácil conseguir. Nos ponemos en marcha y una vez llegados al spot observamos un mar precioso, muy movido, y con bastante viento, pero no lo suficiente para que llegase a ser molesto. Comenzamos el carrusel de lances. Tras varios minutos decido moverme a una zona mas resguardada. Al cuarto lance noto algo al final del hilo, paro el señuelo en seco, y cuando comienzo a moverlo de nuevo, Zas!! picada. Recojo tranquilamente y a pocos metros percibo el tamaño del animal que lucha en la otra punta del sedal. Se trata de una lubina kilera. Sinceramente no me da mucha pelea para tratarse de una Labrax de esas dimensiones. Ángel se acerca a auxiliarme y ponemos el pez en seco. No esta mal para comenzar la temporada, pero esperaba algo mas de combate tratándose de un ejemplar de ese tamaño. Entre chascarrillos de alegría y alboroto le comento a Ángel de broma que yo quería un pinto, no una lubina. Lanzo de nuevo, esta vez realizo la recogida a tironcitos cortos, mas lentos. Cuando apenas estoy a diez metros de la orilla, Zas!! picada. Buena pelea en esta ocasión, el bicho trata de enrocarse, pero tras un manejo diligente de mi equipo logro izar al culpable. No me lo puedo creer... un pinto. Mi compañero no sale de su asombro y me insta a que selle la primitiva. El reto que me había propuesto para el verano, cumplido en menos de una hora. Guardo los ejemplares y continuo con la actividad.

Tras varias intentonas por la misma zona, decido cambiar y desplazarme a otra playa cercana. Ángel se mantiene en el mismo lugar con la esperanza de engañar a alguna otra loba. Llego a la zona elegida y empiezo con el recital de lances. En cada recogida voy tocando fondo y enrocando en alguna ocasión. La suerte esta de mi lado y logro zafar el artificial siempre. Me doy cuenta de que hay muy poco calado y demasiadas rocas amenazantes, así que decido cambiar el vinilo por un paseante. Comienzo a lanzar y a coger sensaciones para darle viveza a este tipo de señuelo con mi nuevo equipo. En una de estas vengo recogiendo y Zas!! parada en seco y alboroto en la superficie del agua. En un primer momento se me pasa por la cabeza que había tocado piedra, pero al instante me doy cuenta de que ahí no hay rocas y que vengo con un paseante. Acto seguido el carrete empieza a cantar como jamas me había pasado en la vida. Carrerón impresionante. Trato de hacerme dueño de la situación y comienzo a pelear con el bicho. En la primera recuperación de sedal me doy cuenta de la embergadura de la lubina. Es un bichazo. Durante mas de cinco minutos nos enfrascamos en una titanica batalla de tira y afloja, con unas salidas de hilo del carrete que llegan a hacerme temer el quedarme sin hilo. Finalmente mi adversaria se da por vencida y poco a poco la voy arrimando al roquedo. Cuando la tengo apenas a cinco metros y vislumbro su silueta, no salgo de mi asombro. Le pego varios silbidos a mi compañero para que me ayude, esta vez si que necesito su presencia, pero el viento en contra imposibilita que me escuche. Poco a poco trato de ponerla en seco, pero ella se obceca en mantenerse en el agua arremetiendo con sendos coletazos. En uno de estos debido a la fuerza de su embestida me llega a cortar el dedo con el trenzado, pero finalmente con calma y nervios de acero, logro ponerla encima de la roca. Durante varios minutos admiro su belleza y tamaño y la pongo a buen recaudo. Lamentablemente el tiempo se nos echa encima. Llamo a mi compi de fatigas para que nos retiremos y pongamos rumbo a casa. Durante la vuelta me comenta que había tenido una tarde horrible, que no paraba de sacar lechuga en cada lance, y que no era su día. Pues no se si era su día o no, pero en la vuelta, en un mal apoyo se resbala y se cae. Por fortuna no se hizo daño y de milagro no partió la caña. Igual no era su día en cuanto a pesca, pero si en cuanto a otro tipo de suertes. Al llegar pesamos a esta grandiosa rival marina que me dejo un momento increíble. Un kilo novecientos fue el resultado final de una pieza que dudo muchísimo logre superar en estas aguas.

Como comenté al principio de esta entrada ha comenzado la temporada con claros y oscuros. Este año por desgracia no podre disfrutar de tantas horas a pie de playa con mi compañero como quisiera, pero al menos, me queda la ilusión de que tengamos mas horas de calidad que el año pasado en la modalidad de spinning ya que vamos puliendo nuestra técnica y mejorando. En cuanto a Egging tengo la esperanza de que cuando cierren los puñeteros trasmallos tengamos veladas mas divertidas y fructíferas que la vivida hoy. Y en lo que se refiere a Surfcasting tengo unas ganas locas por clavar las cañas en la arena y probar un par de nuevas técnicas y truquillos que he aprendido mamando de internet durante el invierno. Al principio de cada temporada me suelo marcar retos para tener algún aliciente extra. Con la pronta captura del pinto creo que no me quedan objetivos asequibles. Superar las medidas máximas de las especies capturadas personalmente hasta la fecha me parece una utopía, así que este verano creo que me dedicare a disfrutar la pesca como tal y me centrare un poquito mas en mejorar la calidad de mis contenidos en el blog dotando a este mismo de material audiovisual dentro de las posibilidades que mi ordenador patata me permita para la edición.




Un Saludo y Buena Pesca! <º))))><