viernes, 20 de junio de 2014

Primera salida a por el calamar

Buenas, voy a relatar mi primera toma de contacto con el mundillo de los cefalópodos

Hoy después de la insistencia por parte del Patrón (mi cuñado), y mi hermana, he decidido ir a probar suerte al muelle. Hacia muchos años que no tentaba a los cefalópodos, y tiempo atrás, mi experiencia con los mismos no había sido muy alentadora, ya fuese por desconocimiento del tema, o por la novatada.

Esta vez tenía la esperanza de que al ir acompañado de alguien experto como es el Patrón, al menos, adquiriría los conocimientos y experiencia que no pude conseguir en el pasado.

Mis expectativas de capturas eran nulas. Me presente en el lugar con una caña de surfcasting de 3 metros y medio, no muy adecuada para esta empresa, pero era la única que tenía a mano. La jibionera o potera la adquirí esa misma tarde en una tienda de pesca local. La sensación que me dio al comprarla fue la que tiene un niño la primera vez que va al colegio: perdido, desorientado, confuso y anonadado al comprobar la ingente cantidad de modelos, colores, tipos, marcas, etc. que existen para este arte. Al final más o menos con la ayuda de la vendedora, me lleve una, que según ella, "suele dar buenas capturas".. pero bueno, supongo que eso lo dirá de todas las que vende.

Comenzamos la jornada. La temperatura era muy agradable y no hacia viento. Había bastante gente en el muelle, cosa que me incomodaba un poco, más que nada por mi torpeza a la hora de lanzar, y necesitar casi 20 metros de perímetro de seguridad a cada lado para no lastimar a nadie. La primera hora estuve trasteando con el pajarito, aprendiendo la técnica a utilizar inculcada por mi maestro. Al rato de comenzar el Patrón se cobró su primera captura, un bonito calamar:


La verdad es que fue una buena pieza, y no seria la última que cayó en sus manos esa noche. Prosiguiendo con la jornada, en algún lance, note algún tipo de tirón, pero como no tenía mucha experiencia, no sabía si se trataba de una picada o de algas.

Continué dándole "caña" al tema. Entre tanto el Patrón me seguía alentando y aconsejando a la par que seguía haciéndose titular de alguna captura más. En uno de los lances, noto algo raro en la puntera, una especie de tirón y acto seguido peso en el sedal. La adrenalina comienza a regar mis venas y me pongo a recoger como un loco con la emoción de un niño cuando estrena consola nueva. Entre mientras, mi cuñado me apacigua hablando desde el altar de la experiencia y la sabiduría, y me aconseja que recoja de manera constante, pero más despacio. Hago caso a sus premisas, y cuando ya tengo el hilo a medio camino, observo como hay algo al final de mi sedal asomando en la línea de flotación, que viene lanzando escupitajos de mar al aire cuan vaquero escupiendo tabaco en el oeste. La voy trayendo, la arrimo al muelle, y sutilmente la elevo como padre que recoge a un bebé de su cuna. Al final, el resultado fue el siguiente:


Proseguimos con la velada, yo no tuve más acción entre mis manos, pero me fui de aquel lugar encantado y embriagado por el arte de la pesca del calamar. Disfrute de una compañía agradable, el mejor maestro que uno podría tener y obtuve mi primera captura en años... una noche redonda... que más se puede pedir?

Espero repetir pronto!

Un Saludos y Buena Pesca!

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