lunes, 26 de enero de 2015

El aprendiz supera al maestro

Jornada de récord, pero no para mi, no, si no para mi piratilla, que poco a poco me va superando con creces

Hacía frío, bastante frío. Sinceramente no me apetecía bajar a pescar, pero en ocasiones un padre tiene la boca muy grande, hace promesas las cuales no está seguro poder cumplir, y al final no le queda más remedio que arrimar el hombro.

Este fue el caso. Por la mañana le había prometido al peque que iríamos a pescar, pero realmente no era consciente de las condiciones climatológicas. Según se iba acercando la hora prevista para el evento, las temperaturas se iban desplomando. Intente negociar un cambio de fecha pero no hubo manera. Es más cabezota que su padre, que ya es decir. 

Total, nos ponemos al lío. Preparamos merienda, bártulos y demases, y tiramos para abajo. Le acomodo el puesto, armo su caña y se la lanzó.


Hago lo propio con la mía. Al poco rato ya está reclamando sus galletas de chocolate... hoy realmente no lo veía por la labor de pescar, seguramente nos encontremos de esta guisa fruto de su cabezonería y no dar el brazo a torcer. Claro ejemplo es que prácticamente hacía caso omiso a la pesca, llegando a enrocar una potera en una cuerda que está pegada al muelle, era la primera vez que esto le sucedía. Pescando sin ganas, centrado más en el manjar de cacao que tenía entre sus manos, al menos pudimos disfrutar de esta bella puesta de sol:


Al poco rato, y con la desgana por bandera, me dice: "Papi! tengo algo enganchado".. observo su caña, y si, veo el puntal doblado. Habida cuenta de que yo ya había sacado un par de matojos de algas debido al estado revuelto del mar, di por sentado que seria otro tanto de lo mismo, y no le preste demasiada atención.. "Vale hijo, sigue recogiendo, y cuando llegues cerca del muelle me avisas...". Gire la cara y retome la conversación que estaba manteniendo con un pescador que tenía al lado, echándole una visual al peque de vez en cuando. El seguía a lo suyo, recogiendo. Poco después oigo un chapoteo en el agua, me giro y no salgo de mi asombro... traía algo.. y algo grande. 

Aun temiendo que debido al gran tamaño del espécimen se le pudiese escapar, no quise interferir, le deje traerlo hasta el muelle, era su captura. Según se iba aproximando, mi incredulidad crecía. Finalmente le ayude a ponerlo en tierra:


Pedazo de choco. Que orgulloso estaba. Después de esto, para él fue suficiente, se quiso marchar. Su jornada de hoy no duró más de 15 minutos, pero quedo como un crack.. llegar, pescar y marchar. Yo, como me encontraba ya enfrascado y tenía buena compañía, llame a mi mujer para ver si me hacía el favor de venir a buscarlo. Accedió, menos mal. En este sentido tengo mucha suerte, he de reconocerlo, me anima a pescar y me auxilia en ocasiones, que más se puede pedir?.

Al día siguiente el piratilla presumía de su pescata: "Lo cogí yo solito!!", posaba así de feliz con su gran captura, un chocazo de casi medio kilo:


Lo más gracioso, es que yo me quede 5 horas más, debido principalmente al buen rollo que reinaba en el muelle, y no conseguí quitar nada. La mofa al final de la jornada fue predominante: "pesca mas tu hijo que tu.. jajaja...". y es cierto, pocas veces de las que hemos ido juntos, se ha venido de vacío. Ya se sabe, las nuevas generaciones vienen pisando fuerte.


Un Saludo y Buena Pesca!

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