martes, 4 de agosto de 2015

De pesca con mi Broder

Tarde entretenida, de risas y cachondeo, y premio para alguien que se lo merece

Hoy el día estaba siendo perfecto. Tarde muy agradable de playa, con muy buena temperatura y una compañía inmejorable. Por el lugar estaba mi Broder, que disfrutaba de sus escasas, pero más que bien merecidas vacaciones. Es un apasionado de la pesca, casi tanto como yo, y enamorado incondicional de esta ría y sus mares. Por culpa de su estresada vida laboral y personal apenas puede disfrutar de uno de sus hobbies. Consciente de ello me encargue de tener todo presto y dispuesto para que pudiésemos disfrutar de una jornada de pesca juntos.

Al subir de la playa, después de los rituales pertinentes de merienda, ducha y demases, decidimos coger los utensilios y poner dirección al arenero. La marea no era buena, mas bien mala, pero lo importante era compartir horas juntos haciendo lo que nos gusta.

Llegamos al spot y desplegamos el armamento. Le deje al mando de todo lo referente a surfcasting, ya que yo me había agenciado una minnow en el Decarton y quería experimentar nuevas sensaciones. A el se le veía feliz, intenso y nervioso con cada movimiento de puntero, impreciso pero apasionado a la hora de colocar cebo y lanzar cañas, pero en definitiva, disfrutando como un enano. 

Hubo varias picadas, dos de ellas nos premiaron con dos sarguetes majos de ración. Mi broder estaba a tope, pasándolo bien, desestresado, desconectado, feliz. Casi al final de la jornada, la diosa del mar quiso premiarlo, y dejarle ver, que no se había olvidado de él. Un picadón tremendo en una de las cañas hacía presagiar algo interesante. Y allí estaba mi Broder, con ilusión y la torpeza propia de la inactividad, dándole batalla a tan valeroso esparido. 

Finalmente logró poner en la arena a tan bonito ejemplar que pesó 1 kilo 200 gramos. Se que con su ritmo de vida ocasiones como estas van a ser escasas, pero me alegré mucho de haber disfrutado de este momento en su compañía. Así de orgulloso posaba junto a su premio. Verle desanzuelar el ejemplar fue otro show, ya que el sargo estaba tragado hasta el infinito y sus habilidades desanzuelezadoras están muy oxidadas. 


Un Saludo y Buena Pesca!

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